Una mejor manera de diagnosticar la enfermedad de Chagas
- CCBIO
- 25 mar
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La enfermedad de Chagas se considera una enfermedad tropical desatendida; es causada por un parásito protozoario (Trypanosoma cruzi), que se alberga en diversos animales salvajes en América. La enfermedad puede causar síntomas leves como fatiga, fiebre, sarpullido y dolores corporales, pero si no se trata, puede provocar problemas graves como dolor de estómago, dificultad para tragar, latidos cardíacos irregulares, paro cardíaco o insuficiencia cardíaca. El parásito T. cruzi se alberga en los triatominos (vinchucas), que suelen vivir en chozas de barro o adobe en América. Alrededor de 6 millones de personas se infectan cada año.
Ahora, los científicos han desarrollado una mejor manera de diagnosticar esta enfermedad infecciosa, lo que podría mejorar significativamente los resultados de los pacientes. El trabajo se ha publicado en la Revista Internacional de Ciencias Moleculares. Dado que la enfermedad de Chagas debe diagnosticarse y tratarse a tiempo, y antes de que surjan complicaciones graves, un buen método de prueba es crucial para controlar eficazmente la enfermedad. Diagnosticar la enfermedad de Chagas puede ser un desafío porque los parásitos que la causan tienden a variar dependiendo del lugar donde viven, señaló la primera autora del estudio, Priscila Silva Grijo Farani, Ph.D., investigadora postdoctoral en la Universidad de Texas en El Paso.

La enfermedad de Chagas es un verdadero enigma en cuanto a su diagnóstico. Los pacientes en la fase aguda no suelen presentar síntomas cuando la carga parasitaria es máxima en el torrente sanguíneo. Pero cuando los síntomas se manifiestan en la fase crónica, la carga parasitaria es mucho menor y más difícil de detectar en muestras de sangre —explicó Farani—. En este estudio, los investigadores compararon la prueba que desarrollaron con pruebas existentes para la enfermedad de Chagas. Ambas técnicas utilizan ADN parasitario de muestras de sangre humana.
Utilizando el nuevo método, Farani mezcló muestras de sangre con guanidina-EDTA, una sustancia que lisa las células sanguíneas y garantiza la liberación y conservación del ADN del parásito. Posteriormente, añadió microesferas magnéticas diseñadas específicamente para unirse al ADN, lo que permitió la extracción y el análisis eficientes del material genético del parásito. Si bien las microesferas magnéticas se han utilizado para la detección de diversas enfermedades, la investigación de Farani marca la primera aplicación del método de microesferas a la detección de la enfermedad de Chagas.
El método estándar para filtrar material genético de la sangre suele basarse en una columna de sílice, que captura ADN y otras moléculas. Farani explicó que, en comparación con las columnas de sílice, las perlas magnéticas produjeron una mayor cantidad de ADN puro y mejoraron significativamente la sensibilidad de la detección de parásitos en muestras de sangre, lo que las convierte en un indicador más fiable de parásitos en la sangre.
“Esta investigación supone un avance significativo, especialmente para pacientes en fase crónica, donde la detección fiable de parásitos sigue siendo un gran reto”, afirmó Farani. “Como investigador postdoctoral dedicado a mejorar el diagnóstico de enfermedades infecciosas, me entusiasmó coordinar este proyecto”.
La investigación diagnóstica forma parte de un esfuerzo más amplio en UTEP para combatir la enfermedad de Chagas. Esto incluye un ensayo clínico de tratamientos quimioterapéuticos para la enfermedad de Chagas, recientemente concluido en Bolivia, y vacunas desarrolladas por los laboratorios Almeida y Maldonado, que ya han sido patentadas y están avanzando hacia el primer ensayo clínico de vacunas candidatas contra la enfermedad de Chagas.
El enfoque más sensible de la Dra. Farani para la extracción de ADN representa un avance significativo en el diagnóstico de la enfermedad de Chagas. Su trabajo tiene el potencial de optimizar considerablemente la detección temprana y optimizar los resultados terapéuticos de los pacientes, especialmente en la fase crónica, cuando un diagnóstico preciso es más difícil, afirmó Almeida.
Tomado de: University of Texas at El Paso
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